OCIO Y TIEMPO LIBRE “EL DUENDE VERDE”

El Duende Verde surge como proyecto de la inquietud de un grupo de monitores y educadores con amplia experiencia en el sector, motivados por dirigir su trabajo hacia una línea de ocio concebida como parte de la formación integral de la persona. Como educador no tardas mucho en descubrir que todo se puede aprender jugando y que un enfoque lúdico puede convertir el valor más abstracto en un juego de niñ@s. 

A pesar de la gran responsabilidad que entraña nuestro trabajo resulta para nosotros una tarea enriquecedora y de la que aprendemos casi tanto (por no decir más) que los chic@s a los que acompañamos, ya que el mundo visto por los ojos de un niñ@ es un lugar mágico, el cual los adultos nos empeñamos en desencantar. Aprender sin obligar a las cosas a desprenderse de su parte divertida y sorprendente es nuestro reto diario, que acometemos conscientes de la ilusión con que se esperan nuestras actividades, y creándolas y cuidándolas con el mismo esmero con el que un niñ@ espera el día de inicio de la actividad.

Jerome Cagan afirma: “Así como existe un árbol en cualquier selva virgen aunque nadie lo haya visto, una idea que llamemos creativa exige por el contrario la reacción de otra y no sólo el juicio del inventor o del historiador”… nuestra misión como educadores entronca directamente de esta creencia. La educación para el ocio debe entenderse como complemento y estímulo de la educación reglada. Para alcanzar un aprendizaje significativo es necesaria una acción cooperativa por parte de todos aquellos que toman parte en la formación del niñ@. Aprender jugando supone un estímulo para la curiosidad, lo que a su vez supone la base del interés por el propio aprendizaje. Motivar el interés del niñ@ por aquello que lo rodea fundamenta el sentido de su educación.

Sin embargo educar no sólo persigue el interés por el conocimiento, sino también la socialización y cooperación de los participantes. Este punto es de especial importancia en la educación no reglada, durante el tiempo que el niñ@ participa en las actividades, en el caso de un campamento serían las 24h del día, abandona su rol dentro de su familia/ centro educativo, para pasar a formar parte de un nuevo proyecto, un nuevo grupo en el que todos sus miembros gozan de la misma capacidad de iniciativa y de participación, supervisada por monitores con una amplia experiencia en la animación y la motivación para el tiempo libre.

Dado que los espacios urbanos cada vez ofrecen menos oportunidades de participar en actividades al aire libre, nuestra propuesta ofrece la posibilidad de disfrutar durante un periodo de tiempo de espacios abiertos, donde aquellos contenidos teóricos que ya poseíamos acerca de la naturaleza y aquellos que nosotros aportamos cobran vida propia gracias a la observación directa y la posibilidad de investigar y palpar de primera mano lo aprendido.

Hasta ahora hemos hablado de nuevos conocimientos y fomentar su autoestima dentro de las relaciones sociales, sin embargo, como profesionales de la educación no reglada nuestro principal objetivo es la formación en valores. A través del juego aprendemos a cooperar, a no discriminar a nuestros compañer@s por sus diferencias, sino, muy por el contrario a valorarlos por ellas, a respetar opiniones diferentes, etc. No resulta sorprendente que estos sean los contenidos de los temas transversales que se incluyen como parte fundamental de su formación que, como ya hemos señalado, educar es una tarea que abarca todos los aspectos de la vida del niñ@, incluido, como no, su tiempo libre.

Generales:

- Estimular las capacidades cognitiva y crítica, retomando los conocimientos ya adquiridos, y enriqueciéndolos a través del juego, como herramienta de aprendizaje.
- Fomentar la adquisición de dinámicas sociales que ayuden a los niñ@s a relacionarse con su entorno y con sus compañer@s.
- Afianzar la autoestima de los participantes a través de un trato justo y respetuoso con todos los participantes.
- Motivar el interés hacia la realidad social que los rodea fomentando su correcta integración y participación, a través de las actividades, como generador de herramientas conductuales útiles.
- Integrar a los participantes en la dinámica de las actividades, promoviendo su participación activa en todos los aspectos de las mismas.
- Educar en valores estimulando conductas y actitudes de solidaridad, respeto e igualdad.
- Fomentar conductas respetuosas con el medio a través del cuidado y el conocimiento de la naturaleza.
- Mejorar en el niño sus habilidades manuales a través de los distintos talleres propuestos.
- Estimular la satisfacción por el propio trabajo, motivando su implicación en el proceso de elaboración de sus talleres.
- Desvincular su ocio de conductas consumistas acercándolos a las posibilidades de ocio creativo que les ofrece su entorno.
- Ofrecer una alternativa de ocio, que a pesar de estar vinculado en sus objetivos de formación con la educación reglada, difiere de la misma en que ante todo es una propuesta lúdica.
- Fomentar actitudes de respeto y responsabilidad respecto de sí y hacia otros, a través del trabajo y el cumplimiento de los propios deberes.

Específicos:

- Estimular las capacidades cognitiva y crítica, retomando los conocimientos ya adquiridos, y enriqueciéndolos a través del juego, como herramienta de aprendizaje.
- Motivar su participación en talleres, actividades y su integración en el grupo.
- Destacar el valor del entorno y la importancia de respetarlo y adoptar hacia él conductas responsables de conservación.
- Señalar la importancia del reciclaje como herramienta de conservación y como elemento lúdico.
- Fomentar conductas responsables que valoren el papel de la seguridad, tanto en la propia conducta como en la de los demás, a través del cumplimiento de las normas y atendiendo siempre a los protocolos de seguridad.
- Mejora del conocimiento del propio cuerpo a través de la actividad física, así como la valoración del deporte como base para una vida sana y activa.
- Alentar el valor del diálogo como herramienta de comunicación y de resolución de conflictos, esto es fomentar la fuerza de la razón ante la sinrazón de la fuerza.
- Apoyar conductas alimentarías sanas, favoreciendo un mejor conocimiento de los alimentos y fomentando el gusto por una dieta rica y equilibrada como medio para conseguir una vida sana.

 Ante todo señalar que concebimos nuestro trabajo desde una perspectiva global, es decir, pretendemos estimular las capacidades de los chicos tanto a nivel físico, como afectivo, social e intelectual a un mismo tiempo, ya que en una misma actividad los niñ@s ponen en funcionamiento recursos a todos los niveles, y todos deben ser fomentados y motivados.

Aunque como educadores en tiempo libre no centramos nuestro interés en el conocimiento conceptual, sí proporcionamos múltiples herramientas a nivel práctico y actitudinal, pero para que éstas sean útiles deben situarse en relación con los conocimientos previos del niñ@, al tiempo que los desarrolla y afianza. En propuestas educativas más antiguas, la educación no reglada se concebía como una actividad lúdica sin relación con la formación del niñ@. Sin embargo, las nuevas concepciones de la educación reconocen el valor del juego como herramienta central a la hora de formar la propia personalidad. Crecer jugando en grupo, de forma cooperativa y recibiendo herramientas que sirven de apoyo a los contenidos de la educación reglada, dista mucho de los resultados de un ocio vacío de contenidos y vivido en solitario.
A través de las actividades es donde cómo educadores encontramos nuestro mejor medio de formación y enriquecimiento, nuestro papel como guías y motivadores no cambia el hecho de que es el niñ@ quien participa en la actividad y al hacerlo la interioriza como suya y con ella todos aquellos valores, actitudes y conocimientos que queremos transmitirles.

Sin embargo, siempre hemos de tener en cuenta que cada una de los participantes es diferente de los demás, la diversidad en sus gustos, preferencias y comportamientos es lo que es realmente igual, un trato justo y respetuoso con sus diferencias es parte de nuestra tarea como educadores.

Por último no debemos olvidar la importancia de un clima afectivo en el que todos los participantes se sientan cómodos y motivados para participar, contar con el apoyo de monitores y compañeros hace que cada niñ@ de lo mejor de sí.